Este marco de 2030 pretende impulsar un avance
continuo hacia una economía baja en carbono y un sistema energético competitivo
y seguro que garantice una energía asequible para todos los consumidores,
incremente el nivel de seguridad del suministro energético de la UE, reduzca
nuestra actual dependencia de las importaciones de energía y cree nuevas
oportunidades de crecimiento y empleo, todo ello teniendo en cuenta el
posible impacto de los precios a más largo plazo. Así, garantizará una
seguridad normativa a los inversores, así como un planteamiento coordinado entre
los Estados miembros, lo que propiciará el desarrollo de nuevas tecnologías.
Los principales pilare sobre los que se
sustenta este nuevo marco, son los siguientes:
- Una reducción del 40 % de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) con respecto a los niveles de 1990
- Un objetivo
vinculante a escala de la UE de al menos un 27 % de energías renovables
- Unas
ambiciones renovadas en materia de políticas de eficiencia energética
- Un nuevo
sistema de gobernanza
- Una serie de
nuevos indicadores para garantizar un sistema energético competitivo y seguro
A su vez, la comunicación en la que se define
el marco de 2030 va acompañada de un Informe sobre los precios y costes de
la energía, que evalúa los motores clave y compara los precios de la UE con los
de sus principales socios comerciales. La comparación con los socios
internacionales pone de manifiesto el aumento de las diferencias de los
precios, en particular en relación con los precios del gas en Estados Unidos,
lo cual podría ir en detrimento de la competitividad de Europa, en particular
para las industrias con alto consumo energético.
El marco se basa en los actuales objetivos para
2020 del “paquete de medidas sobre el clima y la energía”, así como en las
hojas de ruta de la Comisión para la energía y para una economía competitiva y
baja en carbono en 2050, siendo una continuación del Libro Verde de la Comisión
de marzo de 2013, que puso en marcha una amplia consulta pública sobre el
alcance y la estructura más adecuados de los objetivos climáticos y energéticos
para 2030. Estos documentos reflejan el objetivo de la UE de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero en un 80-95 % con respecto a los
niveles de 1990 para el año 2050, como parte de los esfuerzos que se requieren
de los países desarrollados.
Tal y como ha declarado el presidente de la
Comisión, José Manuel Barroso, “la acción por el clima es crucial para el
futuro de nuestro planeta, mientras que una auténtica política energética es
clave para nuestra competitividad”. Así, si bien está previsto que el Consejo
Europeo examine este marco en su sesión de primavera (20 y 21 de marzo), parece
que ya ha quedado marcada la dirección que debe tomar Europa.
Para tener mayor información sobre el nuevo
marco, hacer click aquí.
Oihana Hernáez (socia-consultora de Prospektiker)