6 de noviembre de 2014

Los beneficios del trabajo flexible en Gipuzkoa

El estudio de Prospektiker y LKS y con la financiación del departamento de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, destaca que vivimos en una situación en la que a pesar de los inmensos avances en tecnologías seguimos trabajando de forma muy similar a como lo hacíamos hace 40 años. Sin embargo, el trabajo flexible o remoto supone una nueva forma de trabajar, una nueva manera de relación interna entre persona responsable y colaboradora basada en la confianza y una nueva cultura en las organizaciones.

Estas nuevas formas de trabajo supondrán un aumento de la productividad e importantes ahorros económicos y no económicos para empresas, personas trabajadoras y sociedad de Gipuzkoa en general.

El trabajo flexible en el ámbito de Gipuzkoa se podría aplicar a cerca de 75.000 trabajadores que serían susceptibles de realizar dos jornadas a la semana de trabajo flexible, lo que supone un 25,9% de la población empleada. Cada una de estas personas ahorraría a su empresa anualmente 3.516 euros, lo que supone en empresas de cien trabajadores un total de 352 mil euros. Por otro lado, la propia persona que trabaje a distancia obtendrá un beneficio económico de 586 euros por año en gastos de transportes y otros desembolsos.

Para el conjunto de Gipuzkoa, el ahorro económico que la implantación de dos días alcanzaría los 317 millones de euros, cantidad que a modo de ejemplo sería similar al presupuesto total del Departamento de Política Social de la Diputación Foral de Gipuzkoa para el ejercicio 2014 (327 millones de euros). Por último, se evitaría la emisión de 1.515 toneladas de CO2 a la atmósfera por la reducción del tráfico y se podría aminorar el número de accidentes de tráfico, según el estudio en cerca de un centenar, es decir, más del el 10% de los accidentes de tráfico in itinere que se producen en Gipuzkoa.

En el estudio se diseña un Modelo de Implantación de trabajo flexible en una organización. En el mismo se advierte que nuestras organizaciones, por lo general, no comienzan de cero en este proceso de implantación. En la actualidad tenemos integrados procesos de trabajo que suponen trabajar a distancia, aunque no seamos realmente conscientes de ello. Participamos en procesos de trabajo en los que los diferentes componentes de la cadena de valor están integrados e interactúan en distancia. Muchas de las organizaciones ya trabajan a distancia, ya que son multisedes, son organizaciones distribuidas a lo largo del territorio, y las soluciones tecnológicas, generalmente, ya cuentan con un nivel de implantación significativo. Además, parte de las personas que integran nuestras organizaciones ya trabajan “en remoto”: comerciales, servicios técnicos, montaje, etc.

La metodología que se expone en la guía tiene como objeto recoger y describir las diferentes fases a abordar para la exitosa adaptación de esta nueva forma de trabajo. Se  ha recogido, con un concepto de máximos, el proceso completo a desarrollar para conseguirlo. Pero no todas las organizaciones tienen por qué recorrer todo el camino, ya que puede tener algunos elementos desarrollados.

Para leer el documento completo, hacer click aquí.

Si quieres saber más sobre este estudio, contacta con PROSPEKETIKER (www.prospektiker.es).

Iñaki Elzaurdi (Socio-consultor de Prospektiker)